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El gobierno del Conselh Generau ha encomendado a un equipo de expertos en esta área un estudio que determina las mejoras que necesitan estas vías
La problemática de seguridad en la N-230 y los continuos colapsos en la C-28 tienen un impacto muy negativo para el Valle de Aran y el gobierno del Conselh Generau d’Aran tiene como una de sus prioridades buscar soluciones viables.
Es por ello que se ha encomendado un estudio a un equipo de expertos en la materia que ha de determinar qué medidas es necesario tomar y, según explica el síndico de Aran, Francés Boya, “instar a las administraciones responsables a hacer las mejoras pertinentes en la N-230 y la C-28”.
La implementación de los resultados de este estudio necesitarán cierto tiempo y, por ello, el síndico ha anunciado que “responsables del Servicio Catalán de Tránsito, junto con el Conselh Generau y los ayuntamientos araneses, estudiarán posibles mejoras provisionales en la C-28 que puedan aplicarse en las próximos fines de semana para intentar reducir los tiempos de acceso a la estación de Baqueira Beret”.
Estas acciones son la previa a la redacción de un Plan de Movilidad para todo el Valle de Aran que determine las lógicas que permitan desarrollar modelos de movilidad más sostenibles y eficaces, especialmente en las épocas de gran afluencia turística. Este plan se integrará dentro del Plan de Urbanismo del Valle de Aran, que busca establecer estrategias para tomar las medidas más adecuadas a fin de conseguir fluidez en todo el conjunto de las infraestructuras aranesas.
El síndico de Aran considera que “ya hace años que se tendría que haber redactado un Plan de Movilidad, y que esta falta de responsabilidad política ha dado como resultado un sistema de infraestructuras insuficiente en contraste con los equipamientos turísticos de primer nivel que ha conseguido el Valle en los últimos años”.